Nos especializamos en atender delitos que se cometen a través de medios digitales, internet y otras tecnologías. Este tipo de delitos puede afectar a empresas, personas, marcas e instituciones, causando desde pérdidas económicas hasta daños en la reputación y problemas legales.
Algunos ejemplos de estos delitos son: robo de información, fraudes en línea, suplantación de identidad, extorsión digital, ataques a sitios web, entre otros.
Analizamos detalladamente los hechos para determinar si se trata de una conducta delictiva relacionada con el uso de tecnologías digitales. Esto incluye identificar cómo ocurrió, quién podría estar detrás, si hay información comprometida y cuál fue el impacto real.
Nos encargamos de reunir, preservar y documentar todas las evidencias digitales relevantes, asegurando su integridad para que sean válidas en procedimientos legales. Además, aplicamos protocolos de cadena de custodia digital para garantizar que las pruebas no sean manipuladas, lo que es fundamental para que puedan ser aceptadas por las autoridades o tribunales.
Brindamos una orientación clara, cercana y confiable sobre el incidente desde el punto de vista legal. Nuestro equipo jurídico evalúa el caso, explica las leyes aplicables y presenta las opciones disponibles.
Si el caso escala a un proceso legal, te representamos con una estrategia penal robusta, personalizada y bien fundamentada, presentando las pruebas necesarias ante las autoridades competentes.
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